martes, 24 de abril de 2012


 A Liliana Bustos, donde quiera que esté.

31/8/62     23/4/2012


No resulta nada fácil aceptar la muerte de los otros, especialmente cuando los que se van son más jóvenes y, además, amigos. Conocía a Lili desde hace más tiempo de los que a los dos nos gustaba reconocer y tuve el privilegio de contribuir a su formación; allá en nuestra Argentina y aquí en España. Pocas personas han tenido la energía de Liliana y menos la han destinado a aprovechar cada oportunidad para crecer en la profesión, día tras día. Ayer se fue sin hacer casi ruido; a nosotros nos queda el recordarla.


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